La figura muestra la disponibilidad mundial. El osmio es el más escaso de los 8 metales preciosos de la Tierra. La figura muestra la cantidad de metales preciosos disponibles en todo el mundo. La cantidad de oro disponible en todo el mundo cabe en un cubo de 22 metros de longitud de lado. En términos de cantidad, el osmio es el metal precioso más infrecuente de la corteza terrestre; el osmio es 1.500 veces más escaso que el oro y 2.500 veces más escaso que la plata.
El osmio cristalino es ~ 20 veces más valioso que el oro. Tiene la mayor densidad de valor de todos los metales preciosos.
1 onza troy = 31,1 g.
Plata
$30,59
Oro
$2.651,02
Osmio
$50.467,73
El osmio en forma de cristal tiene un color azul acero y su brillo puede percibirse a mayor distancia que el del diamante. La luz se refleja inalterada en la superficie del cristal.
El precio del osmio cristalino no ha dejado de subir desde su lanzamiento (2014). El osmio era tóxico hasta 2014, cuando científicos suizos descubrieron accidentalmente la posibilidad de que pudieran cristalizar el osmio. El proceso es extremadamente complejo y largo, con hasta 50 variables interdependientes (temperatura, presión, contenido de gas, etc.). Si sólo se desvía una de estas variables, el proceso de cristalización no tiene éxito.
El precio del OSMIO cristalino no ha dejado de subir desde su introducción en 2014 y es muy estable.
Con el mismo volumen, el osmio pesa el doble que el plomo. Con 22,61 g/cm³, es el más denso de todos los elementos.
El osmio es el elemento de número atómico 76 de la tabla periódica de los elementos. No puede producirse químicamente.
El osmio cristalino tiene una pureza del 99,9995 %. En su forma cristalina, el metal precioso es totalmente inocuo para el cuerpo y la piel.
El osmio no se deslustra y conserva su brillo. Por ejemplo, es resistente al ácido clorhídrico. Su resistencia a la abrasión supera la de todas las demás sustancias.
El osmio cristalino, con una dureza Mohs de 7,5 en la escala de Mohs, es tan duro como el wolframio y más que la plata (2,7) y el oro (2,5).
Cada pieza de osmio cristalino es única. La estructura de la superficie puede compararse con 10.000 veces más precisión que una huella dactilar.